miércoles, 3 de septiembre de 2008

BELLEZA COMUNAL


El árbol urbano
Una calle arbolada proporciona agrado y felicidad a quien la transita, otorga calidad visual y valora el entorno (ver foto 1).

El árbol es un elemento ornamental, decorativo que despliega su particular arquitectura dándole al paisaje urbano una estética delicadamente natural, introduciendo la naturaleza en la artificialidad urbana.

Además de esta función estética los árboles en el espacio urbano juegan un importante rol otorgando calidad ambiental al medio ya que limpian el aire, absorbiendo CO2 (Dióxido de Carbono, uno de los gases invernadero con más concentración en la atmósfera y causante del calentamiento global) liberando oxigeno y vapor de agua, este último promueve la formación de nubes y por lo tanto contribuye a la lluvia, tan necesaria en tiempos en que la desertificación avanza en nuestro territorio del Litoral Central.

El árbol es también un reservorio de biodiversidad, atrae pájaros, insectos y musgo contribuyendo así a la reproducción vegetal y la salud del suelo urbano. Mientras más viejo es el árbol mayor es la diversidad de flora y fauna que alberga.

Los árboles actúan como pantalla acústica cautelándonos de ruidos excesivos, filtran y atenúan los vientos violentos, sus hojas retienen el polvo suspendido en el aire, sus raíces evitan la erosión y ayudan a infiltrar las aguas lluvias hacia las capas subterráneas de agua tan necesarias de cuidar en tiempos en que se anuncia en el mundo la disminución del vital elemento. El árbol es un regulador térmico de las altas y bajas temperaturas por lo tanto se deben preferir árboles autóctonos ya que en general son especies siempre verdes (hoja perennes) requieren menos cuidados y agua, son resistentes a las enfermedades por estar adaptados a las condiciones climáticas del lugar, sus raíces son más profundas y no perjudican calles y pavimentos.

Los árboles no se podan, en general salvo cuando constituyen peligro. La naturaleza es sabia y si les forma ramas y copas a los árboles no es para que el ser humano los corte y mutile todos los años, costumbre bárbara que no tiene ninguna justificación en el medio urbano.

La poda es un arte y solo se aplica en situaciones muy especiales y por expertos que conocen cada especie y su particular biología. Investigaciones científicas muestran que un árbol podado reiteradamente acorta su vida a más de la mitad ya que su sistema inmune es agradido en forma brutal por la mutilación y el corte.

En algunos países el árbol urbano se utiliza también como fuente de alimentación y salud eligiendo especies frutales y otras con propiedades medicinales.

En nuestra Comuna necesitamos promover un urgente programa de arborización (ver foto 2) con especies adecuadas y adaptadas a las condiciones climáticas actuales y las que vendrán por efecto del calentamiento global y otros problemas ambientales que afectarán los suelos, el aire, el agua y la biodiversidad.


Solange Figueroa Mac-Ginty
Educadora Ambiental
PRIMAVERA 2006


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